A día de hoy ya estamos viendo cómo muchas compañías están invirtiendo en campañas de marketing dentro de este mundo virtual. Es el momento de aprender y reinventarse, pero es importante entender que, pese a que se hayan realizado importantes avances en estos entornos virtuales, todavía queda un largo camino por recorrer hasta llegar a una madurez tecnológica capaz de sostener la infraestructura necesaria para un metaverso verdadero, que nos permita llevar a cabo estrategias que generen un impacto directo en la cuenta de resultados.
Pero eso no significa, que todavía no se haya generado un impacto real de crecimiento para las marcas en el actual contexto. Desde mi punto de vista, veo cuatro oportunidades claras de estar inmerso desde ya, en este nuevo entorno virtual:
La oportunidad de asociarse al Metaverso y de esa manera presentarse como una marca innovadora ante las audiencias que tienen interés en esta tendencia. Las marcas tienen la oportunidad ofrecer una experiencia única y propuesta de valor que les diferencie de su competencia y haga que sus usuarios quieran formar parte de ella, como ha sido el caso de la marca española Mango, participando en la primera edición de Metaverse Fashion Week con el lanzamiento de la colección wearables. Este tipo de acciones, sin duda, refuerzan la imagen de marca y por lo tanto, beneficia su reputación, situándose en la mente del consumidor como una marca completamente sostenible y vanguardista.
Conectar con la generación Z es el gran reto de muchas marcas y esta audiencia representa en la actualidad al 60% de los usuarios del metaverso, lo que lo convierte en el canal perfecto para conectar con los más jóvenes. Entablar relaciones con este público es algo que a las marcas les cuesta mucho y el Metaverso ya presenta un gran puente para generar esa interacción.
La oportunidad de integrar el mundo físico y virtual para aumentar las ventas. Las compañías ya están explorando journeys que combinan de forma natural estos dos mundos y generan experiencias omnicanal en las que cada entorno tiene su rol. Como ejemplo, tenemos el caso de Benetton, que ofrecía a sus usuarios experiencias de gaming en las que podía conseguir códigos QR que luego podía canjear en sus tiendas físicas.
Ofrecer un valor o una experiencia única a los clientes como parte de la estrategia de fidelización. Hemos visto como muchas marcas han creado acciones en el metaverso que conectan con el mundo offline, no a través del propio producto sino desde la exclusividad. Es el caso de Marriot, que creó 3 NFT de arte digital que actuaban como pase al nuevo metaverso de Marriot y les daba acceso al evento Art Basel en Miami, donde podían ganar 200 000 puntos en el programa de loyalty.
Si te interesa profundizar mucho más acerca de cuál será el papel de las marcas en esta transformación y qué significará el metaverso del mañana, te invito a echarle un vistazo al informe que lanzamos a finales del pasado año desde LLYC.