Innovación en marketing digital

La innovación en marketing digital no es algo que ocurra de un día para otro. Debe ser una filosofía interna de la empresa, un proceso gradual de realización de cambios y pruebas hasta dar con un resultado satisfactorio.

En el contexto actual, parece que todo esté inventado en el sector del marketing digital. Vivimos en un mundo donde las marcas replican los éxitos del primero que lo intentó, utilizamos embudos de conversión automáticos, nuestros clientes son atendidos por bots perfectamente instruidos para dar la respuesta correcta y perseguimos al consumidor con publicidad personalizada.

Casi todas las empresas tienen implementadas todas estas mejoras, que permiten ofrecer a los usuarios una mejor experiencia y atención personalizada. Pero, si todos hacen lo mismo, ¿quién destaca?

Obstáculos a la innovación

Es habitual que una empresa sufra cierta parálisis cuando alcanza un determinado nivel de éxito. Las cosas van bien y no hay necesidad de apostar por algo nuevo. Pero cuando llegue el momento de hacerlo, ya será demasiado tarde.

En algunas empresas existen dudas sobre qué departamento debe llevar a cabo esta transición, cuando la realidad es que se trata de una estrategia que debe abarcar a todo el equipo, desde el reponedor hasta los trabajadores del departamento de recursos humanos. Pensemos en las más grandes empresas y en su forma de comunicar y hacer marketing. ¿No parece que todos sus empleados estén integrados en esa estrategia?

Por otra parte, la creatividad forma parte de la innovación, pero la innovación no es solo creatividad. Esto quiere decir que la falta de un enfoque claro puede provocar el fracaso de la innovación. Este proceso debe contar con una planificación estricta, presupuestos y objetivos claros.

Innovación en el sector del marketing

A veces confundimos el término con la modernización y automatización de los procesos productivos, cuando la realidad es que en general no tiene nada que ver con estos. La gran mayoría de las marcas de éxito han alcanzado ese nivel gracias a su cualidad para innovar en sectores como la comunicación y el marketing. Esto implica ofrecer una solución mejor, que sobresale de las demás ofertas.

Aunque lo parezca, no todo está inventado. Hay quien todavía cree en la innovación como una ventaja competitiva. Y, sin embargo, para innovar hay que investigar. Es la única forma de crear estrategias de venta totalmente diferentes, buscando la diversidad y la sorpresa del público.

Una de las claves es saber trabajar con los fracasos. Que algo no funcione no implica que sea un mal resultado. Ahora sabemos que ese enfoque no es el correcto, y podemos corregirlo. Se trata de optimizar los procedimientos sin darlo todo por perdido.

¿Qué puede ayudar a la empresa a crecer? Imaginemos una tormenta de ideas cuyo resultado son cientos de propuestas. Seguramente surgirán ideas disparatadas, y otras requerirán un gran presupuesto o demasiados recursos. ¿Las hacemos todas? ¿Y por qué no?

Lean Startup y marketing digital

Cada día más empresas utilizan esta metodología para hacer crecer y escalar proyectos sin dejar de lado su estrategia principal. Se trata de un método de aprendizaje continuo, que permite realizar innumerables test A/B, medir y establecer unas conclusiones. Esta metodología pone la mirada en el cliente, y en obtener tantos datos de este como sea posible. De esta manera podemos ofrecerle el producto que realmente necesita.

La metodología Lean Startup se basa en crear experimentos, probarlos en el mercado y utilizar los datos recogidos para tomar decisiones. Es un proceso rápido, en el que se utilizan unos pocos recursos de la empresa, tanto personales como económicos.

La estructura de trabajo del Lean Startup es la siguiente:

Identificar un problema

Un producto o una estrategia no acaba de funcionar y queremos saber cómo mejorar.

Construir un experimento

Tras la primera fase, que consiste en la identificación del problema y el establecimiento de un objetivo, se construye un prototipo, llamado MVP o mínimo producto viable. Esto es la versión de un producto que utilizaremos para conocer la respuesta del mercado, tanto cualitativa como cuantitativamente. El MVP no es el producto completo, sino solo una parte o una funcionalidad.

Medir los resultados del experimento

El siguiente paso, tras establecer el MVP, es la medición de los resultados. En este punto debemos ser capaces de generar datos, a través de los parámetros establecidos, que den por bueno o no el experimento.

Aprender

Este punto es crucial, porque nos permite conocer mejor a los clientes o usuarios para seguir mejorando el producto o establecer un mejor canal de lanzamiento. Por ejemplo, puede que una estrategia no funcione a través de una red social y, sin embargo, sea útil mejor en plataformas de vídeo. Aunque las apariencias dijeran lo contrario, los datos no mienten y con los datos obtenidos de la medición, aprendemos si el experimento ha salido bien o no, pero lo más importante es que podremos saber los motivos, el por qué.

Tras esto, hay que construir otro experimento y comenzar un nuevo ciclo. La ventaja del Lean Startup es que los datos se extraen en poco tiempo, por lo que podemos aprender rápidamente qué es lo que funciona sin destinar grandes recursos.

La filosofía tras Lean Startup: innovación y marketing hoy

Esta nueva actitud, siguiendo el modo de actuación propio de Lean Startup, supone un gran cambio de paradigma para la marca: su único objetivo no debe ser vender más.

Se trata de posicionar a la empresa o sus servicios en un espacio del mercado al que pocos tienen acceso, el de la satisfacción.

No solo generamos una necesidad de compra, sino también querencia por nuestro producto. Esto se llama sentido de pertenencia, y se consigue fomentando la empatía hacia el usuario, conociendo su forma de pensar y de actuar. Una virtud de la empresa debe ser su capacidad por ponerse en el lugar del cliente: «¿Qué quiero hoy?». Pero no todos quieren lo mismo, ni por el mismo canal.

Como hemos visto, la innovación en marketing no debe ser una estrategia pasajera, sino una actitud intrínseca a la empresa. Es una fusión de ambos conceptos, que busca la mejora continua en los modos de comercializar el producto.

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