El COVID-19 ha supuesto una oportunidad para el desarrollo de nuevas herramientas de marketing digital que luchan por encontrar su espacio en un mundo 100% virtual donde los avatares digitales serán los verdaderos protagonistas.
En una sociedad en la que cada vez vivimos más hiperconectados, las redes sociales se han convertido en nuestra principal herramienta para estar informados de los últimos lanzamientos, las principales tendencias sociales y la actualidad en general. Al mismo tiempo el influencer marketing se ha ido afianzando y ganándole terreno a otras estrategias de marketing tradicionales.
Facebook Inc, ha conseguido ver en este ecosistema una oportunidad de negocio que, si bien aún necesitará 10 años para estar 100% operativa; ya ha dado sus primeros pasos hacia una realidad en la que podremos diseñar el mundo que deseemos y relacionarnos con personas de todo el mundo sin movernos de casa. Una realidad con nombre propio: ME – TA – VER- SO.
¿Qué es el metaverso?
Cierra un momento los ojos e imagina un espacio en el que todo fuese posible, en el que pudieses tener casi todo al alcance de la mano, relacionarte con personas de todo el mundo y ser quien siempre has soñado…¿No te parece aterrador e idílico al mismo tiempo?
Esta definición podría englobar a la perfección las posibilidades infinitas que presenta el metaverso y dejar constancia de por qué Mark Zuckerberg ha conseguido reflotar un concepto que, a priori, no había tenido mucho éxito anteriormente. Puede que, en 2003, cuando Second Life salió al mercado, no contáramos con la tecnología y los conocimientos necesarios para ver su potencial o, sencillamente, el público no era el adecuado. Casi 20 años después podemos decir que el metaverso es una realidad.
Puede que llegado a este punto sigas sin saber de qué estamos hablando o quizá hayas sido de los que se ha perdido en los más de 3,8 millones de búsquedas del término; así que abordaremos un ejemplo para entenderlo de manera más sencilla y lo haremos de la mano de un gran director: Steven Spielberg. .
Y es que la referencia más clara al respecto es el universo de Wade Owen Watts (Parzival) en la película Ready Player One. Gafas de realidad virtual, un ecosistema llamado Oasis en el que trabajar y conseguir dinero virtual realizando misiones.
Pero no es la única referencia a este concepto, y tampoco la primera. Seguro que a los amantes de los libros de ciencia ficción ya les ha venido a la mente las novelas escritas por Neal Stephenson (1992) y Ernest Cline (2011) y ese ecosistema de espacios virtuales tridimensionales a los que los “jugadores” podían acceder.
Si bien estos espacios están concebidos como lugares de encuentro en los que jugar, asistir a eventos virtuales (como es el caso del concierto de Ariana Grande en Fornite), adquirir bienes o encontrarse con gente con la que no podríamos estar en contacto en la vida real; parece que el creador de Facebook quiere llevarlo un paso más allá.
La idea de Zuckerberg es tan clara como difícilmente alcanzable. El internet 3.0, ese internet corpóreo en el que el mundo real y el digital convergen. Un lugar en el que no sólo ver contenido sino en el que poder vivir, experimentar e, incluso, llegar a sentir. Un paso más allá de las experiencias inmersivas y las actividades de realidad virtual y aumentada.
Un paso hacia delante en la forma de relacionarnos, de trabajar, de conocer y, en general, de vivir. La creación de un mundo virtual interactivo con su propia economía aprovechando nuevas tecnologías como las criptomonedas o el blockchain.
Lo que no debemos olvidar es que aún queda mucho por investigar, por hacer, por construir y que serán las marcas que mejor consigan adaptarse a este nuevo universo las que consigan mayores beneficios.
¿Qué tienen que ver Mark Zuckerberg y FB en su auge?
Facebook, la reina de las redes sociales, ya no es Facebook o al menos no como la conocíamos hasta este momento. Ahora es Meta; con su nueva filosofía, logo e identidad.
Pero para entender realmente en qué consiste este cambio y cómo afectará al resto de redes sociales y a los usuarios presentes en ellas; tenemos que trasladarnos al último evento anual de Facebook Connect.
Según comentaba Mark Zuckerberg en este evento, el cambio se debe a la aproximación que quiere hacer la marca estadounidense hacia el metaverso; ese mundo digital del que ya hemos hablado anteriormente y en el que las personas pueden experimentar una vida paralela a la del mundo real.
¿Pero qué hay realmente detrás de todo este cambio estratégico? ¿Podría ser una excusa de la marca para empezar a rentabilizar una de sus más recientes adquisiciones: Oculus? Lo que sí sabemos es que esta compañía de realidad virtual adquirida en 2014, podría no estar reportando los beneficios que se esperaban en un principio y estar detrás de este cambio estratégico en la empresa matriz.
En palabras del creador: «Elegimos ‘Meta’ porque significa “más allá‘, la cualidad definitoria del metaverso será una sensación de presencia, como si estuvieras ahí mismo con otra persona o en otro lugar. El metaverso abarca tanto las experiencias sociales como la tecnología futura».
Lo que sí sabemos es que el objetivo es claro: “no se trata de crear un universo que nos haga pasar más tiempo frente a las pantallas; sino de mejorar ese tiempo que ya invertimos” (Mark Zuckerberg, Facebook Connect 2021).
De este modo la compañía busca alejarse de su propia red social y crear un universo multimarca y multiplataforma donde las empresas puedan vender y publicar sus productos llegando a un público cada vez más jóven e informado.
Avatares e influencers digitales, ¿existe en realidad el creador de contenidos perfecto?
Entonces, ¿cuál es el papel de los influencers digitales y que les diferencia de los influencers de carne y hueso?
En palabras de Nick Baklanov, experto de Hypeauditor, “los influencers virtuales están mejor preparados para el papel de ser los primeros habitantes del metaverso que ningún otro” y así lo han demostrado los datos obtenidos durante los dos últimos años . Además, estos influencers tienen un índice de engagement del 1,92%, bastante por encima de las cifras arrojadas por los influencers de carne y hueso (1,07%).
Estos datos junto a su versatilidad y la facilidad de adoptar la personalidad de marca deseada; han conseguido poner en el radar perfiles como el de Miguela Souza, Shudu Gram o Noonoouri.
Si bien el mercado asiático es el mayor consumidor de los contenidos creados por estos influencers digitales; son muchas las marcas que ya han trabajado con ellos o creado el suyo propio.
En palabras de Christopher Travers, fundador de la web Virtual Humans: “Algunas marcas disfrutan la seguridad de asociarse con influencers virtuales que tienen un pasado y un futuro predefinidos”.
Entre los ejemplos principales podríamos hablar del Coronel Sanders virtual que creó KFC o el retuit de Fenty Beauty a Miquela Sousa sin saber que se trataba de un perfil 100% virtual.
Incluso organismos gubernamentales como la Organización Mundial de la Salud han contado con este tipo de perfiles para difundir mensajes sobre el coronavirus. En este caso hablamos de Knox Frost, un joven virtual de 21 años de Atlanta encargado de transmitir este mensaje a sus más de 700 mil seguidores.
Detrás de cada perfil no sólo está la mejor tecnología sino también grandes especialistas: expertos en diseño, comunicación y redes sociales; que buscan sacarle el máximo rendimiento a estas nuevas herramientas de marketing.
Estos ejemplos, entre muchos otros, demuestran que la tecnología y las redes sociales se encuentran en constante evolución y que, derivados de grandes eventos sociales como el COVID-19, pueden desarrollarse nuevos modelos de negocio hasta el momento inimaginables
¿Te imaginas las posibilidades que puede tener un perfil como este en el nuevo internet que se está gestando?
Conclusiones
Nos encontramos ante uno de los cambios tecnológicos y sociales de los últimos años. Una nueva realidad se está desarrollando y las herramientas de marketing como las conocíamos tendrán que cambiar y adaptarse a este nuevo universo liderado por Facebook.
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